No me gusta cocinar. Siempre me ha parecido una pérdida de tiempo y oooodio ensuciar y ensuciarme. Como tengo la suerte de disponer de una cafetería baratísima en el trabajo, siempre como allí (como la mayoría de mis compis, menos los raritos, que se traen su tupper de casa). Y los fines de semana, pues... ¿quién quiere comer en casa pudiendo ir de tapeo? Es la suerte de la que vive sola, que no tiene que preocuparse de darle de comer a nadie.
Pero... este maldito confinamiento 😷 ha cambiado la cosa. Encerrada en casa como toda la gente de bien, me he visto en la obligación de usar la cocina (lloro mucho) 😭😭😭.
Así que me he puesto las pilas, ¡qué remedio! y me he puesto a buscar por todos lados recetas guays y facilitas.
Esta es una de ellas, y me salió riquísima.
Yo solo usé los champiñones de toda la vida, frescos, por supuesto (casi me corto un dedo al cortarlos), y no le eché el azafán ni el eneldo porque no tenía. Así y todo, quedaron riquísimos 😍.
¿Te apetece probarlos? Ya me dirás qué tal el resultado.
Nota: sí, voy a daros la lata con las recetas 💁. ¡Tengo que llenar el weblog de cosas! 😁
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